El tiempo es un
niño soldado
en países de
terciopelo
donde se atrinchera
mientras dispara
contra la belleza.
-Normalmente se
proclama vencedor,
pero otras,
como en tu caso...
pierde-
El tiempo es el
costurero
de carnavales de la
muerte.
El tiempo es el
mejor recurso invertido
por todos los
médicos que han vivido.
El tiempo es el
espacio que recorren los esclavos
para dejar de ser
esclavos
-al morir-
y los amos para
seguir siendo amos.
El tiempo es padre
soltero
de dos hijas
bastardas.
-Historia; la
libre,
libertina,
la que todos
manejan,
a la que todos
escriben
y a la que todos
desean.
Y Vida: más breve, efímera
más sincera, más
dura,
más puta.-
El tiempo es
también
lo que dura un
orgasmos,
un enfado
o un resfriado.
El tiempo es
también
lo que ella tarda
en quemarse al sol,
o en correrse,
o levantarse de la
cama cada mañana.
Las huellas del
tiempo son el tic-tac de un reloj,
tres víctimas mortales
en un accidente,
o los cuarenta
niños que habrán muerto
al acabar de leer
este poema.
El tiempo vive en
las manos de las matronas,
y duerme a los pies
de la cama de las ancianas.
El tiempo se ríe en
nuestra cara
por querer ir
despacio cuando él corre
por la pista de
atletismo de la vida
-tan deprisa que al
rozarnos, nos quema-
El tiempo hace
tiempo que se mudó
para descansar en
cualquier biblioteca pública.
Hablamos de matar
el tiempo y nos mentimos.
Porque
todos sabemos
que es él el
asesino
-en serie-