Yo tampoco sé vivir, estoy improvisando.

11 de julio de 2014

Tempus fugit

El tiempo es un niño soldado
en países de terciopelo
donde se atrinchera
mientras dispara contra la belleza.

-Normalmente se proclama vencedor,
pero otras,
como en tu caso...
pierde-

El tiempo es el costurero
de carnavales de la muerte.

El tiempo es el mejor recurso invertido
por todos los médicos que han vivido.

El tiempo es el espacio que recorren los esclavos
para dejar de ser esclavos
-al morir-
y los amos para seguir siendo amos.

El tiempo es padre soltero
de dos hijas bastardas.

-Historia; la libre,
libertina,
la que todos manejan,
a la que todos escriben
y a la que todos desean.


Y Vida: más breve, efímera
más sincera, más dura,
más puta.-

El tiempo es también
lo que dura un orgasmos,
un enfado
o un resfriado.
El tiempo es también
lo que ella tarda en quemarse al sol,
o en correrse,
o levantarse de la cama cada mañana.

Las huellas del tiempo son el tic-tac de un reloj,
tres víctimas mortales en un accidente,
o los cuarenta niños que habrán muerto
al acabar de leer este poema.

El tiempo vive en las manos de las matronas,
y duerme a los pies de la cama de las ancianas.

El tiempo se ríe en nuestra cara
por querer ir despacio cuando él corre
por la pista de atletismo de la vida
-tan deprisa que al rozarnos, nos quema-

El tiempo hace tiempo que se mudó
para descansar en cualquier biblioteca pública.

Hablamos de matar el tiempo y nos mentimos.
Porque todos sabemos
que es él el asesino

-en serie-

0 comentarios:

Publicar un comentario