Anoche pensé en ti antes de dormir,
y soñé con olas gigantes de agua turbia.
El mar estaba cabreado, parecía sufrir,
en cada ola se notaba su furia.
Fue en una ciudad sin playa, desierta,
donde sólo recuerdo un viejo edificio soviético.
Me mirabas a los ojos, decías: Despierta.
Pero sólo escuchaba un grito agónico.
No sonaba ni una triste canción,
las olas lo habían dejado todo mudo.
El agua inundaba la sucia habitación,
así se ahogaban nuestros cuerpos desnudos.
¿Tú que preguntabas por sueños húmedos,
te referías a ésto?
Han aparecido nuestros cuerpos desnudos,
pero, ya húmedos, no han tenido sexo.