de unos labios carnosos
que ocultan sus heridas
bajo el carmín,
mientras me cautiva
un pálido rayo de sol
de un nuevo amanecer
sin verte.
Me drogué con versos
basados en hechos mortales,
bajo titulares que prometían
carreras de mis dedos
en tu espalda.
Conseguí cambiar
las voces de mi cabeza
por piezas musicales
que me cantan
sobre todo aquello
que me has entregado;
tu vida.
Coloco banderas negras
en todos mis barcos
y dejo que el viento
que me mueve en el vacío
de tu ausencia esta noche,
me hunda
en tormentas de insomnio,
sin poder salir a navegar
en la calma de tu espalda;
en la cama con tu espalda.
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