Yo tampoco sé vivir, estoy improvisando.

16 de septiembre de 2013

MATAR Y MORIR, en 'El Extranjero' de Albert Camus.

14:06 Posted by Revdit , , , , No comments
Toda literatura goza, o padece a veces, de ideas; la operación ficticia contiene un material que puede ser trasladado a la veraz vida del lector. En ocasiones, por demás, el verbo imaginario requiere, más en uno que en otro autor, una apoyatura filosófica para explicarlo, para entenderlo; incluso para la estética inteligencia del mismo. Por supuesto, su literaria cualidad no se ve menoscabada, la teorética del autor no lo explica todo, como se verá; pero ciertas notas sobre la filosofía, o cuando menos, la ideología trascendental, como la falta de sentido y valores, que subyace a la escritura, a la autoría de un relato, son importantes y explicativas. Albert Camus, con ese amplio afán de las letras, sean de puro arte o de sagaz pensamiento, escribió en El extranjero una literatura que se deja elucidar, muchas veces, en la filosofía de a pie de su protagonista; de la intensa individualidad, para morir y para matar, que es Meursault.

En esta historia, con hondo calado existencial, asistimos, así, a una doble faz de la muerte; a la acuciante pasión que se inicia con la noticia del deceso de la madre del protagonista hasta culminar, pasando por el crimen, en la condena y su propio ajusticiamiento. Meursault, un oficinista de la Argelia colonial, nos va relatando, confesivo, ásperamente sincero, su vida en un lenguaje que sufre una indiferente crudeza. Por ejemplo, son notables las descripciones del calor, del paisaje, durante el camino que lleva a su madre al cementerio; como abstrayéndose de un hecho, normalmente, crucial y pático. En efecto, en el velorio de la madre, el narrador no llora; se exhibe y piensa insensiblemente, lo cual dejará un tendal de indicios para el juicio posterior a su crimen. Sus respuestas, continuando con el aspecto lingüístico-conceptual, son inerciales; está a punto de casarse, por ejemplo, pero le dice a su prometida que el hecho de quererla o no carece de importancia.

Camus dijo que el principal problema filosófico era el suicidio; desde este punto de vista, por lo tanto, la vida o la muerte de Meursault, la vida o la muerte de los que rodean a Meursault, cobran capital importancia para la intelección argumental. Entre la vida y la muerte, o su sentido o significado, se debate el narrador, ante sí mismo y ante la humanidad; y ya está a punto de matar y de morir…

El protagonista, así, vuelve a la vida normal; se entromete, más por la mecánica de las cosas que por otra cosa, en los sórdidos asuntos de un hombre que, repentinamente, le tiene confianza; el hombre, Raymond, carga un problema con unos árabes; Meursault, pues, mata a balazos a un árabe. Ha elegido, entonces, matar, ya que vive una vida que le inspira absurdidad, falta de trascendencia religiosa o mandatos sociales plausibles; como, por ejemplo, la ley, eclesiástica, civil o filosófica, de no matar. En el asesinato del árabe, que desembocará en la ironía del juicio, el protagonista, rodeado por la circunstancia de una naturaleza opresora-¿el calor de la playa argelina?-, permanece junto al árabe y dispara, como si cediera el gatillo; sin embargo, eligiendo, palabra afín al existencialismo, una voluntad propia que trasciende el inocente vaivén de la naturaleza, sigue disparando sobre un cuerpo inerte. Aunque el narrador nunca lo explica, si bien en parte achaca al calor su acción criminal, ha optado la muerte del otro; los códigos, celestes o terrenales, no han podido influirlo, y sólo el mundo indiferente y absurdo es lo que tiene que aceptar; sin reglas que otorguen una finalidad razonable, todo está permitido. Como la vida en general no tiene significado, el asesino, acaso, concluye que matar es algo tan inexplicable como Dios. ¿Pero será Meursault igualmente, como ante la muerte del otro, indiferente ante su propia muerte?

Las reacciones del protagonista frente a la mortal angustia, como víctima y como victimario, como agente y como paciente, como asesino y como asesinado-Camus estaba en contra de la pena de muerte-, es lo que se propone este ensayo. El asesinato del árabe, si bien íntimo, pues el propio sujeto del relato lo ha cumplido, no es tan individual, tan concreto acaso, como el propio cara a cara letal del oficinista. Meursault, apático, posee una cierta ética asesina, pero no sabremos hasta el final si su práctica moral es también suicida, o, para entenderlo con más rigor, si acepta su condena a muerte, como ser humano que carece de la piedad postmortal de las religiones y las construcciones especulativas humanas. Y así asistimos, al fin, a la aplastante ironía camusina del juicio; Meursault se declara culpable; narra, abrumadoramente impersonal, los acontecimientos del proceso: el hincapié que se hace acerca de que Meursault no ha llorado por su madre-debido a los testigos del velatorio-es más importante, imputando Camus a la palabrera persuasión judicial, que el hecho de haber éste matado a un hombre. Las instituciones legales, cargadas de hipocresía tanto de verbo como de concepto, inquieren al marginado, al extranjero de esta tierra, y a su consecuente falta de valores ortodoxos; y así el hombre arrojado al mundo indolente tiene todavía más causas turbadoras; es aquí donde se nota que la sociedad de los valores juzga al individuo que no cree en nada, exceptuando el propio absurdo, la insondable voluntad del universo y de los seres; penosa conciencia, pues, que debe vivir con plenitud el asesino; una conciencia que permite rechazar el suicidio, según los ensayos del importante autor franco-argelino; pero que, ateniéndonos a la novela, no logra rechazar el asesinato…Meursault es condenado a pena capital; tanto como ha matado, ahora ha de morir.

En la cárcel, va a visitarlo frecuentemente un capellán. Meursault declara que no cree en Dios. Está tan entregado a la insensibilidad de las cosas, que le dice al religioso que no tiene tiempo de ocuparse de Dios. Hay explosiones emocionales de ambas partes. El capellán representa palmariamente el orden transmundano que quiere engañar, según la novela y el autor, la falta de finalidad, de teleología, en los hombres, tanto para la vida como para la muerte; una vez que el capellán lo deja en la soledad, el asesino se enfrenta a sus pensamientos. Dice que ha sido feliz. Que siempre ha sido feliz. Acepta entonces el mundo impertérrito, la humanidad inhumana (carente también de significado); así, pues, el exacerbado individuo se prepara para recibir la muerte, la condena que todos cargamos sobre los hombros.

Es menester decir, por último, que Camus objetaba que, sin embargo, no todo estaba permitido; y que un deber-por ejemplo, el de no matar- podía ser, como las otras, una caprichosa, como vehemente, permisividad. Su Meursault, sin embargo, ha aceptado su vida y, sobre todo, su muerte; pero eligió matar a un hombre. Él se complace en la conciencia del absurdo; de la falta de sentido de una vida que al final declara feliz, y de su propia extinción; aunque en ello deja deslizar, acaso, que los métodos del juicio hipócrita fueron falaces, pero no su culpa. Así, la filosofía de Meursault, no pudiendo desentrañar si según Camus o según la escritura de Camus, ha sabido morir, sí, pero no ha sabido, en fin, permitirse dejar de matar.


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28 de agosto de 2013

Requiem.

22:48 Posted by Revdit , , , , , 1 comment
Si hoy lloro, no es por nadie, ni por ti,
es porque me duele la vida, me duele vivir.
Que si estoy cansado de alguien, es de mi,
de situaciones que yo mismo creo, que me hacen sufrir.

No vivo la vida, solo la improviso.
Y hacer tal cosa me crea más de un imprevisto.
Que si yo odio la vida, más me odia ella a mi.
Me odia tanto que quiere verme morir.

Y no, me siento bien, no estoy mal todavía,
cuando esté mal de verdad será cuando acabe mi vida.
Postdata: Esto último, es mentira.

10 de agosto de 2013

Guerrillera.

7:36 Posted by Revdit , , , , , No comments
Yo no quiero perras, 
y no son para mi las princesas.
Yo sólo quiero a la más guerrillera,
la que por una causa mayor su vida diera.

Aquella que sea capaz de matar
a los burgueses culpables
que con el mundo quieren acabar,
que han hecho que esto sea inestable.

Sólo quiero a aquella mujer,
que se indigne al ver
como a las mujeres las tratan como objetos
dejándolas entrar gratis en garitos de catetos.

Que sea mi compañera,
nunca mi trofeo.
Que note que mi corazón se acelera
cada vez que su sonrisa veo.





6 de agosto de 2013

Duelo.

1:48 Posted by Revdit , No comments


(Henry y Charles se citaron para celebrar un duelo)

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(Empezaron a alejarse mientras contaban: “uno, dos…")

____________i____i____________

("Tres, cuatro…")

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("Cinco, seis…" Y Charles sacó su revólver)

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(Sin esperar a llegar a diez, Charles disparó contra Henry)

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(Henry, al oír el disparo, se giró y desenfundó su arma. Desgraciadamente, había ido con prisas esa mañana y, en lugar de un revólver, había cogido un boomerang)

______i›____________·____¬i___

(Henry, consciente de que la bala se acercaba, lanzó el boomerang con toda su alma contra Charles)

______i__›_______·_______¬i___

(Por desgracia, Henry no tenía mucha fuerza y el boomerang empezó a volver antes de lo que hubiera deseado)

______i____‹__·__________¬i___

(Henry intentó huir del boomerang y de la bala de Charles, aunque como no hay tres dimensiones en estos dibujos, lo hizo en la dirección a la que iban tanto el boomerang como la bala)

___i__‹_·________________¬i___

(Henry corrió con todas sus fuerzas, pero no fue suficiente, el boomerang primero y la bala después impactaron contra su cuerpo)

__i⋖____________________¬i___

(Henry cayó al suelo)

._ _____________________¬i____

(Charles se acercó lentamente a Henry)

._ ____________¬i____________

(Cuando estuvieron cara a cara, Henry dijo: "¡Puto boomerang! Mira que equivocarme, desde luego llevo unos días que no doy pie con bola. Y a ti ya te vale dispararme cuando solo íbamos por el seis")

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(Charles respondió: “Ostras, es verdad que era a la de diez. ¿Sabes qué pasa? Mi familia tiene gallinas y, como contamos los huevos por docenas, he pensado que contaríamos seis o doce. Y doce, me ha parecido mucho, ¿sabes?)

._ ¬i________________________

(Henry no dijo nada y finalmente murió)

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(Charles, apenado por su error numérico, se apuntó con su revólver y disparó)

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(Fin)

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5 de agosto de 2013

Silencio.

5:57 Posted by Revdit , , , , , No comments
Silencio, cama, gritos.
Silencio, espalda, arañazos.
Silencio, tu boca, gemidos.
Silencio, tu cuerpo, botando.

Silencio, tus ojos, los busco.
Silencio, mi pelo, tirones.
Silencio, tus pechos, mordisco.
Silencio, tu culo, me pones.

Silencio, tus labios, roces.
Silencio, tu coño, te corres.



Suena demasiado triste...

5:41 Posted by Revdit , , , , , No comments
Yo no quiero estrellas, ya que éstas están muertas.
Sólo vemos la luz de lo que gritaron antes de morir.
Suena demasiado triste, pero será mejor si lo aceptas.
Así me demostrarás que podrías morir por mi.

Podríamos ser filosóficos, hablar de que el amor no existe,
pero para qué dudar de lo que causa tu sonrisa.
Te diría que no te quiero, pero no soy bueno contando chistes,
además, sabrías que miento demasiado deprisa.

Me gustaría prometerte, que nunca te fallaré,
pero no soy perfecto, no te mentiré.
De ti sólo espero que puedas hacerme feliz.
Prefiero ser adicto a tu cuerpo que a esnifar por mi nariz.



No necesito más...

5:23 Posted by Revdit , , , No comments
No necesito más,
que tenerte junto a mi.
No necesito más,
que saber que por ti me consumí.
Saber que lo hice, y lo haría miles de veces.
Saber que sólo tú a mi suicidio adormeces.

No necesito más,
que a la mujer de mi vida.
No necesito más,
que olvidarme de las despedidas.
Saber que las odio, que ya no volverán.
Saber que me despediré cuando llegue mi final.

No necesito más,
que mis sueños se cumplan.
Saber que te puedo amar
sin miedo a que me hundas.


8 de julio de 2013

No sé...


No sé cómo será el futuro, ni si quiera si existe,
o si cada día que pase lograré no estar triste.

No sé si conseguiré todo aquello que me proponga,
llegar a mis objetivos sin que nada en mi camino se interponga.

No sé lo que me espera, ni pretendo saberlo,
sólo quiero estar con ella en vida, puesto que no existe el Cielo.

No sé si el amor cree en mi, como yo creo en él,
sólo espero despertarme cada día y poder rozar su piel.

No sé si quiero morir joven, o con 70 años,
fumando habanos, exiliado en cualquier rincón cubano.

No sé ni si quiera si merece la pena vivir,
como ya decía el bueno de Albert Camus.


25 de mayo de 2013

Soy, sólo soy.

15:18 Posted by Revdit , , No comments

Soy la noche y el día.
Soy el pecado vulgar y constante.
Soy el insaciable olor a gasolina y tuberías.
Soy la tempestad que ahoga al navegante.

Soy fuente de energía y demandante de la misma. 
Soy el incipiente experto y el veterano aprendiz.
Soy vísceras que no buscan razones y razones alimentadas de vísceras. 
Soy el final de un cuento, la ansiada perdiz.
 
Soy música, libros, mi gente. 
Soy bufón nativo y actor confesado. 
Soy miedo paralizante y pánico inventado.
Soy contradicción argumentada y duda inherente.

Soy soberbia imperfección y orgullosa esencia.
Soy pasión incontrolada y amor polivalente.
Soy rabia, ira, los golpes del más valiente.
Soy amante de la paz y pareja de la violencia.

Soy todo lo que aún me falta ser. 
Soy el pasado y el presente.
Soy del futuro, el más fiel cliente.
Soy mañana, hoy, ayer.

Soy, sólo soy.



23 de mayo de 2013

¿Tú que preguntabas por sueños húmedos, te referías a ésto?

3:58 Posted by Revdit , , , , , , No comments
Anoche pensé en ti antes de dormir,
y soñé con olas gigantes de agua turbia.
El mar estaba cabreado, parecía sufrir,
en cada ola se notaba su furia.

Fue en una ciudad sin playa, desierta,
donde sólo recuerdo un viejo edificio soviético.
Me mirabas a los ojos, decías: Despierta.
Pero sólo escuchaba un grito agónico.

No sonaba ni una triste canción,
las olas lo habían dejado todo mudo.
El agua inundaba la sucia habitación,
así se ahogaban nuestros cuerpos desnudos.

¿Tú que preguntabas por sueños húmedos,
te referías a ésto?
Han aparecido nuestros cuerpos desnudos,
pero, ya húmedos, no han tenido sexo.