No sé cómo será el futuro, ni si quiera si existe,
o si cada día que pase lograré no estar triste.
No sé si conseguiré todo aquello que me proponga,
llegar a mis objetivos sin que nada en mi camino se interponga.
No sé lo que me espera, ni pretendo saberlo,
sólo quiero estar con ella en vida, puesto que no existe el Cielo.
No sé si el amor cree en mi, como yo creo en él,
sólo espero despertarme cada día y poder rozar su piel.
No sé si quiero morir joven, o con 70 años,
fumando habanos, exiliado en cualquier rincón cubano.
No sé ni si quiera si merece la pena vivir,
como ya decía el bueno de Albert Camus.